jueves, 9 de septiembre de 2021

Article a @ElCinefilCat «Empatia a la família»

«Empatia a la família»


El meu article número 99 a la revista virtual "El Cinèfil, la revista de cinema en xarxa i en català" (i gratuïta).

Amb motiu de l'estrena a les sales de cinema de la pel·lícula ¿Quién es quién? (Le Sens de la Famille, 2020), dirigida per Jean-Patrick Benes dedico l'article a reflexionar sobre la importància de l'empatia a la família.

Teniu l'article, en català, al següent enllaç:



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A continuación tenéis el artículo traducido al castellano:

Empatía en la familia
Un original juego de roles en ¿Quién es quién?
Jordi Ojeda

¿Estás contento con tu familia?... ¿No?... ¿La quieres cambiar? Pues vigila con lo que deseas porque se puede hacer realidad. Esto es lo que le pasa a un padre de familia, interpretado por Franck Dubosc, a la película ¿Quién es quién? (Le Sens de la Famille, 2020), dirigida por Jean-Patrick Benes. Dubosc acaba solo en una atracción en el parque después de dos horas haciendo cola los cinco para que, en el último instante, la madre se pelee con los dos hijos adolescentes y la pequeña justo quiera ir al baño cuando les toca subir. Es en este solitario paseo en cabina que piensa en la mala suerte de tener una familia como la que tiene y que quisiera que fueran muy diferentes.

Y al día siguiente, justo al levantarse, se dan cuenta que se ha cambiado la mente entre los cinco: la madre ahora es la pequeña, la pequeña es el padre, el padre es su hijo, el joven es la hermana y la hermana es la madre... más o menos, para que la gracia de la película es que se van cambiando, aparentemente, cada día. El intercambio de cuerpos es un género bastante recurrente en el cine: hay ejemplos de intercambios consigo mismo como Tom Hanks en Big (1988) (en este caso pasando de niño a adulto), o, lo más habitual, entre dos personas, como Jamie Lee Curtis y Lindsay Lohan intercambiando los cuerpos entre madre e hija en Ponte en mi lugar (Freaky Friday, 2003), o, más reciente, entre dos amantes interpretados por Stéphane de Groodt y Louise Bourgoin en la película francesa Cariño, yo soy tú (L'un dans l'autre, 2017).

Pero el intercambio entre varias personas y que se vaya repitiendo a lo largo de la película no es tan habitual (aunque sí hay alguna excepción puntual), y es que existe el peligro de que el espectador se pierda para saber quién es quién en cada momento con tantas personas (en la película se añade la abuela a los intercambios y, más tarde, una llama, pero eso es otra historia). De hecho, en ¿Quién es quién? los mismos personajes reconocen que es un lío y, en primera instancia, deciden ponerse un post-it en la frente con la identidad del día y, más adelante, se ponen una camiseta con la cara correspondiente. Esta cierta complejidad frenó la idea inicial de hacer una serie para la televisión, y la simplificación fue tan extrema que el resultado final es esta película.

La trama se basa en tres pilares fundamentales:

- Primero, la gran interpretación y la gran complicidad de los actores Franck Dubosc y Alexandra Lamy, padre y madre, respectivamente, que ya habían trabajando juntos protagonizando la comedia Sobre ruedas (Tout le monde debout, 2018). La actriz Alexandra Lamy borda la escena más hilarante de la película cuando, con la mente de su marido, acaba pasando una velada (se entiende que íntima) con su amante, como si el marido quisiera descubrir qué es lo que le da este amante que no le dé él,... y vaya si lo descubre.

- Segundo, el descubrimiento de la pequeña actriz revelación de diez años, Rose de Kervenoaël, genial sobre todo en el papel de la madre, haciendo que su papel sea muy verosímil. De ella también surgen algunos de los momentos que buscan increpar al espectador, como cuando la vemos fumando continuamente (curiosamente, en los créditos lo primero que aparece es un aviso de que la niña no fumaba en realidad, que eran efectos especiales, mejor avisar por si acaso).

- Y tercero, los habituales malentendidos provocados por los cambios de sexo (que si tengo pene o no, o tengo pechos o no), por los cambios de edad (abuela versus adolescente, por ejemplo), o por los hábitos poco saludables (fumar o drogarse) o estereotipados (adolescentes pendientes del móvil, etc.), todo ello característico de un juego de rol muy original, impregnado también con una cierta picardía, por un lado, y con toques infantiles, por otro.

De todos modos, la película es más compleja de lo que parece, y un poco transgresora, a pesar de que parte de una premisa simple al considerar una familia arquetipo que claramente va en retroceso en nuestra sociedad: un padre, una madre y tres hijos, considerado hoy en día como familia numerosa. Algunas escenas nos invitan a reflexionar sobre lo que está bien y lo que está mal, o lo que hacemos en función de la edad (por ejemplo, hay estudios que demuestran que eres menos emprendedor con la edad, y que se puede aplicar en una de las subtramas del guión)... también sobre el devenir de los años, la desilusión de la pareja, los cambios en los adolescentes, la relación entre los hermanos, las parejas en la tercera edad, etc.

Las interpretaciones son tan buenas que se evita caer en la caricatura, con mucha fuerza de la expresión corporal además de lo que puedan decir o hacer. Pero quizás les estaba quedando demasiado sería. Y a pesar de haber grabado toda la producción en una relación de aspecto 2,39: 1 (la más habitual en el cine hoy en día, más "horizontal"), el director decidió, en la mesa de montaje, recortar todos los fotogramas a una relación 1,85: 1 (que llena la pantalla de las televisiones actuales), con la convicción de que esta relación ayudaba mejor a potenciar la comedia haciendo las escenas menos pretenciosas. Puede ser también que el recorte ayude a darle un acabado más cercano al de televisión que al del cine, pero esto se puede discutir... en todo caso, ahora que lo sabéis, podéis hacer el ejercicio de imaginar lo que falta a los lados de cada escena y que realmente se fotografió.


El continuo intercambio de cuerpos potencia justamente las escenas delirantes y divertidas, pero el mensaje es más profundo y no se esconde ni siquiera en el título en francés: «El sentido de la familia» (Le sens de la famille, en el original). Para los miembros de esta familia, el sentido de su familia lo encuentran después del camino recorrido, de la experiencia vivida, de la capacidad de ponerse en el lugar de la otra persona. Es en este sentido que la película se parece más a Pequeña Miss Sunshine (Little Miss Sunshine, 2006), tal y como lo indican sus propios guionistas, que la consideran un referente de ¿Quién es quién?.

Es por ello que adquiere un sentido más filosófico cuando comprobamos que la familia se puede formular como la suma de las identidades de los individuos que la forman y que debemos admitir que necesitamos la mirada de los otros para esclarecer nuestra propia identidad: la habilidad de poder ponerse en el lugar del otro es fundamental en una familia.

Es curioso como una película escrita en 2018 y rodada en otoño de 2019 para ser estrenada a finales de 2020 y que se acaba estrenando en verano de 2021, nos haga una especie de sacudida para recordarnos la importancia de que las familias deben ser (debemos ser) empáticas si queremos sobrevivir en época de pandemia.

¡Nos vemos en las salas de cine!




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