martes, 15 de febrero de 2022

Article a @ElCinefilCat «Autònom reinventant-se»

«Autònom reinventant-se»


El meu article número 103 a la revista virtual "El Cinèfil, la revista de cinema en xarxa i en català" (i gratuïta).

Amb motiu de la publicació de l'estrena de la pel·lícula Tailordedico l'article a destacar la importància de que els autònoms es reinventin contínuament i hagin d'adaptar-se als canvis de la societat i a les seves demandes. 

Teniu l'article, en català, al següent enllaç:



Si voleu llegir tots els articles que he publicat a la revista podeu veure el link següent:

http://elcinefil.cat/author/jordiojeda/

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A continuación tenéis el artículo traducido al castellano:

Autónom reinventándose
Se estrena Tailor, ópera prima de la directora Sonia Liza Kenterman 

Jordi Ojeda

Las fábulas no sólo nos interesan por su épica o dramatismo, también por la forma en que se narran. Esto es lo que debería pensar la directora, coguionista y coproductora griego-alemana Sonia Liza Kenterman al concebir su ópera prima Tailor (Raftis, 2020). Como si se tratara de un cuento de hadas, observamos cómo el protagonista está enclaustrado en su particular castillo bajo el yugo de su estricto padre, que le ha mantenido alejado del exterior, cortándole las alas, y de cómo éste vislumbra una forma de salir de su caparazón y abrirse camino de una forma inesperada. 


Y eso es lo que hace Nikos, interpretado por el actor Dimitris Imellos, que vive en el altillo de la tienda de su padre, sin ostentación, donde podemos vislumbrar que es un artesano, con las herramientas, utillajes y materias primas perfectamente ordenados. El comportamiento meticuloso y silencioso del protagonista nos hace recordar a los actores del cine mudo, eso sí, con una gesticulación contenida. La propia directora reconoce a las entrevistas que analizó las películas de Buster Keaton para captar la esencia de la escena, y que se inspiró en las películas francesas de los años sesenta para captar la elegancia y la gracia de la secuencia.


La tienda es una sastrería que ofrece un servicio exquisito y de calidad, con unos trajes hechos a medida para hombres que estén dispuestos a pagar un precio destacado, eso sí, para llevar una ropa que lo vale. En el fondo, Nikos es un dandi como su padre, como sus clientes, que se distinguen por su extremada elegancia y buenos modales.

Pero a pesar de que su padre sigue guardando los patrones y las medidas de sus clientes de toda la vida (clientes significativos como jueces, directivos o militares), lo cierto es que estos clientes ya no existen por muchos motivos: bien porque desgraciadamente han muerto, bien porque este estilo ya no está de moda, bien porque el precio es demasiado caro para la sociedad griega del momento, país que está viviendo una crisis económica extrema durante más de una década, desde 2008.



El ingreso en el hospital de su viejo padre, muy preocupado por las deudas con el banco, impulsa a Nikos a buscar una solución más allá que la de esperar a que entre por la puerta de la tienda un cliente, una tienda en la que su padre le ha puesto su futuro en sus manos: "Sobre todo, que no se cierre la sastreria", le ordena su padre desde la cama.

Pero los clientes ya no entran en ese tipo de tienda. Y es cuando hay que reinventarse y salir de su espacio de confort e ir a donde está el posible cliente... ¿pero quiénes son sus clientes? El azar le lleva a especializarse en vestidos de novia, eso sí, vestidos creativos, originales y a medida para unas mujeres deseosas de destacar el día de su boda, pero que quieren el vestido rápido y barato... es lo que hay. Y Nikos asume el reto pese a la burla de su padre.

La característica del emprendedor es justamente la de adaptarse a los cambios, saber escuchar a los clientes y saber hacer soluciones a medida. Sus modales, su educación y su elegancia le facilita la complicidad de sus clientas, que le reconocen su bondad y su arte.


 En la película vemos a otro tipo de emprendedor, el marido de su vecina, que trabaja de taxista. Le vemos decidir comprar completamente la licencia que compartía con su socio, a cambio de trabajar el doble de horas, especialmente de noche (con carreras más caras) que además le permitirá devolver el préstamo que ha necesitado. Pero su comportamiento es tosco, con unas formas embrutecidas por una actitud primitiva que se percibe en detalles: beber whisky mientras come, prohibir a la mujer trabajar o molestarse por las formas y la progresión de Nikos, especialmente si este tiene la ayuda de su mujer. Hasta el punto de sabotearle.


En la fábula vemos cómo el protagonista cambia su caparazón (la sastrería) por la calle. Vemos cómo pasa de esperar a los clientes a buscarlos por la ciudad. Y vemos cómo debe adaptar su tempo de trabajo, más lento por la exigencia de la calidad, por uno más rápido y exigente en creatividad, probablemente con materiales más austeros en una sociedad necesitada de precios asequibles pero que no quiere renunciar a disfrutar de sus celebraciones familiares con trajes decentes y, por qué no, sorprendentes y particularizados. Una sociedad que lo quiere todo para mañana y que lo traigan a casa, que quiere que el producto sea barato y exclusivo. Es lo que hay... ¿Lo has entendido, autónomo?



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