«Talent versus llinatge»
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El director Claude Zidi Jr. estrena Tenor
Presentada como una comedia, la película Tenor (Ténor, 2022) esconde una profunda reflexión sobre un tema tan de actualidad como el de la meritocracia y la herencia. Está dirigida y coescrita por Claude Zidi Jr. en su segunda película, esta vez en solitario (y sí, hijo del reconocido director y guionista Claude Zidi). La película nos presenta a un joven de los suburbios de París, destacado en la escuela, hasta el punto de que su hermano mayor (que lo cataloga directamente de genio), le paga las clases de contabilidad como una palanca para asegurarle un futuro más prometedor al que aspiran al resto de jóvenes del barrio.
El hermano mayor, un bruto forzudo, se gana la vida en peleas clandestinas nocturnas, sin protección y sin reglas, luchas de una gran violencia hasta el punto de que el que pierde nunca acaba bien parado (el que gana también acaba con secuelas, evidentemente). El hermano mayor, a quien le cuesta expresarse correctamente por su evidente carencia de vocabulario y de educación, representa el ascenso en la sociedad a través de la fuerza bruta, donde no importa de quien eres hijo, sólo importa si pegas más fuerte que tu rival y aguantas los golpes de los contrincantes. Si ganas el combate eres el rey y te apropias de una parte importante de las apuestas. Ahora bien, este tipo de ascenso sólo tiene una pega... o, mejor dicho, dos: que te puede detener a la policía si te pillan, o que puedes perder el combate y no ganar nada o muy poco (además de acabar malherido con un poco de mala suerte).
En la película le ocurren las dos cosas, pero esto no es el tema cabdal del argumento. El protagonista es el hermano pequeño (de veinte y pocos años), que además de ser un buen estudiante es también cantante de rap y es bastante bueno también en esto, y lo demuestra en diferentes concursos, tanto en la improvisación como en la rima de sus palabras y en la defensa de sus convicciones que no son más que las de su pandilla, multicultural y multiétnica, en realidad como la del resto de pandillas del barrio.
El actor que lo interpreta es Mohamed Belkhir, conocido por su nombre artístico MB14 (que corresponde a sus iniciales y a un número que le ha acompañado desde pequeño, como ha reconocido en diversas entrevistas). Empezó como cantante de rap pero desde 2010 se cambió por el beatbox, una disciplina musical donde cantando reproduce cualquier tipo de sonidos, creando composiciones imitando especialmente instrumentos musicales de todo tipo. Desde 2015 ha ganado concursos muy importantes a nivel mundial convirtiéndose en todo un fenómeno. En 2016 fue invitado a competir en el programa The Voice en Francia, ganando el segundo puesto y, lo más importante, le ayudó a ganar mucha popularidad. Ésta es su primera película y ha podido demostrar con creces su talento.
El joven, además de asistir a las clases de contabilidad y participar en los concursos de rap, también trabaja repartiendo comida a domicilio, y es aquí donde el azar le lleva a la Ópera Garnier de París y, sin querer, termina en una clase de ópera. Por un instante, se queda embelesado escuchando cantando a una de las alumnas y el desprecio con el que le invitan a salir una vez ha entregado el paquete hace que les cante rap por despecho y, también, un poco de ópera... lo que sorprende a la profesora.
Y es aquí donde parece el papel del mentor, absolutamente fundamental en muchos sentidos. Primero, al reconocer el talento. Segundo, al insistir en que pruebe esta disciplina artística. Tercero, al ayudarle a incorporarle a sus prestigiosas clases. Y cuarto y más importante, acompañándole en su proceso, escuchándole y empatizando con él. La mentora está interpretada por la veterana actriz Michèle Laroque que, entre otras cosas, nos regala una escena memorable cuando baila, en la intimidad de su casa, al ritmo del disco que le ha regalado su discípulo. Si ella le abre los ojos a todo un mundo de obras y autores de ópera, él le regala un disco del conocido como rey del rap, nada menos que del malogrado Tupac Shakur (1971-1996), también conocido artísticamente como 2Pac.
Las clases de ópera le hacen descubrir que sus compañeros se desplazan con chófer privado, que algunos disponen de un teatro dentro de su casa (no es broma) o que se pueden mover por el edificio de la ópera como si fuera su casa porque sus padres son mecenas de la institución. Esta superficialidad y clasismo le hace esconder a sus amigos y familia lo que está haciendo, incluso la decisión de que ha terminado abandonando las clases de contabilidad como símbolo de un cambio hacia un camino que le haga feliz.
La película es una constatación de la importancia de estar en el sitio adecuado en el momento adecuado, de la importancia de aprovechar las pocas oportunidades que tenemos y, sobre todo, la importancia de encontrar a las personas idóneas en el camino, no todo el mundo puede ser mentor. Y, sobre todo, es la constatación de las diferencias arraigadas en nuestra sociedad que te hace pensar que nunca serás de los suyos... pero también sabemos que los tuyos... que los tuyos no te dejarán nunca.
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