Nota: esta es mi página número 60 que hago por invitación de Joan Pieras y publicada por cortesía del Diari d'Andorra, pero en realidad es la número 898 de la sección Cómic a Fons que Joan creó en julio de 1992 y que está a punto de cumplir 19 años de publicación ininterrumpida en el diario.
Aquí el pdf del artículo en catalán.
A continuación la traducción al castellano:
Bande dessinée o Rock'n'Roll?
El Festival de Angoulême cierra sus puertas con un palmarés de premiados de perfil muy internacional
Jordi Ojeda
"Dédiées à toutes les buses qui n’auraient pas encore remarqué que bande dessinée était l’autre nom du rock’n’roll.”... Estas son las palabras que el presidente del 38 º Festival Internacional de la bande dessinée de Angoulême, Baru, utilizaba para presentar una de las más de treinta exposiciones oficiales (y unas cuantas de no oficiales), como reclamo de uno de los exponentes claros del mestizaje entre diferentes artes como son el dibujo y la música. El autor, reconocido por su compromiso social a lo largo de su obra, ha sido el impulsor de la exposición "Rock'n'roll antediluviano" donde más de treinta autores realizaban la ilustración de la hipotética portada que podría tener el disco de uno de los temas musicales de cantantes y grupos americanos de los años cincuenta. La experiencia creativa se ha publicado en un libro de ilustración con 2CD's, y con dibujos de artistas como Benoit, Berberian, Cosey, Gibrat, Larcenet, Margera o Mattotti, entre otros.
La música estuvo presente en muchas de las decenas de actividades programadas, de las que podemos destacar el espectáculo ideado hace pocas ediciones y que consiste en hacer un pequeño cómic durante un concierto de música hecho a tres y cuatro manos a la vez ... sobre la misma hoja. El espectador contempla en directo en el teatro no sólo la orquesta y el movimiento de los artistas en el escenario, sino también el detalle del dibujo que va surgiendo gracias a las pantallas gigantes instaladas. Absolutamente fascinante ver cuatro manos sobre una hoja a la vez, con los personajes interactuando en diferentes viñetas, cada uno dibujado por un autor diferente con su estilo personal.
El palmarés del certamen ha sido uno de los más internacionales, premiando nuevamente la calidad de las obras y no su procedencia. Si los rumores durante el festival dudaban si el gran premio lo ganaría Asterios Polyp (de David Mazzucchelli) o Notas al pie de Gaza (de Joe Sacco), el sorprendente ganador fue la obra italiana Cinq mille kilomètres par seconde (de Manuele Fior ).
Mazzucchelli ganó el premio especial del jurado y Sacco el premio miradas al mundo, así que no se fueron de vacío. Otros premios destacados:
- Premio del Patrimonio: Attilio Micheluzzi (recordemos que este premio lo ganó el año pasado en su primera edición el autor madrileño Carlos Giménez).Cabe destacar que en su primera convocatoria del premio "las BDs que fue la différence" para cómics sobre personas con discapacidades, la obra ganadora ha sido Lydie. Publicada en Francia por Dargaud y próximamente en castellano por Norma Editorial, está guionizada por Zidrou y dibujada por el autor barcelonés Jordi Lafebre. La versión francesa publicada también por Dargaud de Una posibilidad entre mil, de Cristina Durán y Miguel Angel Giner, ha ganado un accésit por la conmovedora historia real de su hija.
- Premio intergeneracional: Pluto de Naoki Urasawa.
- Premio Revelación: La Parenthèse, de Elodie Durand y Trop n’est pas assez, de Ulli Lust (que ya había ganado el premio Artemisia 2011 de la bande dessinée femenina).
Art Spigelman, Gran Premio de Angoulême
El mundo de la historieta está de enhorabuena, el gran premio del festival ha sido concedido a uno de los grandes autores de todos los tiempos como es Art Spigelman, conocido por obras tan emblemáticas como Maus o Sin la sombra de las dos torres. La elección del jurado ha sido muy aplaudida por los aficionados: recordemos que Maus ha sido en 1992 el único premio Pulitzer otorgado a un cómic. Autor prolífico en la década de los setenta y ochenta, siempre ha sido un visionario del arte junto a su mujer, la francesa Françoise Mouly, editando revistas de vanguardia de autores americanos y europeos, donde él mismo llegó a publicar las sus obras más conocidas.
En 2004 realizó Sin la Sombra de las Torres, mostrando su particular visión del atentado del 11-S, desde su atalaya comprometida de la que nunca ha llegado a bajar. En la ceremonia del palmarés del autor respondió por teléfono en directo desde los Estados Unidos lo siguiente: "... dado mi pobre talento como dibujante, me siento como el presidente Obama cuando recibió el Premio Nobel de la Paz...". Spigelman en estado puro.
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