«Pel·lícules caligaristes, la llavor del cinema fantàstic»
Amb motiu de la celebració de l'estrena de la pel·lícula El gabinete del Dr. Caligari (Das Cabinet des Dr. Caligari, 1920), dedico l'article a destacar els aspectes que han fet d'aquesta obra l’obra emblemàtica de l’expressionisme alemany, i pionera del gènere fantàstic, de terror i detectivesc en el cinema..
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El expresionismo escénico como innovación narrativa.
Jordi Ojeda
El 26 de febrero de 1920 se estrenaba en los cines alemanes El gabinete del Dr. Caligari (Das Cabinet des Dr. Caligari, 1920), una película que pasará a la historia por su innovación tanto en el diseño artístico como en el planteamiento argumental, que la ha llevado hasta el extremo de que ser considerada la obra emblemática del expresionismo alemán y pionera del género fantástico, de terror y detectivesco en el cine.
Que la producción fuera de 1919 no es baladí, es justo en las postrimerías de la primera guerra mundial, en un país derrotado. Dos jóvenes sin experiencia en el sector, Carl Mayer y Hans Janowitz, presentan a la gran productora del país un guión original, influenciado por sus propias vivencias personales, especialmente en su participación en la gran guerra. En su texto juegan con el simbolismo que muestran el carácter y las acciones de los personajes: el doctor Caligari, que representa la ciencia, la formalidad y la respetabilidad, y Cesare, el esbirro asesino a las órdenes del doctor, que actúa en realidad bajo los efectos de la hipnosis, ambos a semejanza del estado alemán y sus soldados a los que el gobierno apenas había enviado a la guerra a luchar contra el enemigo. Este simbolismo se ve explícitamente en la visita del doctor a la administración para pedir los permisos pertinentes para representar su espectáculo (de hipnosis), y el funcionario le atiende sentado en un alto taburete, una altura simbólica que reconocemos incluso hoy en día, marcando la autoridad visualmente.
La elección del director Robert Wiene resultó decisiva en la concepción final de la obra. Con cierta experiencia cinematográfica y con mucha en el teatro, fue el impulsor de dos ideas fundamentales: la elección de diseñar los decorados expresionistas y el cambio del prólogo y epílogo original, muy diferente de lo que escribieron los guionistas, pero que sorprenden a los espectadores que, atónitos, veían un giro final a la historia, un giro a lo que hoy estamos acostumbrados (por no decir que casi siempre esperamos), pero que en ese momento resultaba muy novedoso.
A continuación destaco, a modo de pinceladas, algunas de las características que la convirtieron en un clásico del cine:
- El argumento recoge la tradición de las novelas de género detectivesco del siglo XIX, con escritores de la trascendencia de Edgar Allan Poe o Arthur Conan Doyle con sus conocidos personajes C. Auguste Dupin y Sherlock Holmes, caracterizados por emplear la deducción a partir de las pistas encontradas para ir resolviendo los crímenes, normalmente en paralelo a la policía, que no queda muy bien parada normalmente. En la película, el Doctor Caligari se convierte en un misterioso recién llegado en la ciudad, una llegada que se verá marcada por el inicio de varios asesinatos. El género detectivesco se desarrolla en paralelo con la construcción de las grandes ciudades en el siglo XIX, impulsadas por la revolución industrial, que fomentan el anonimato y la inseguridad al no conocer realmente quiénes son tus vecinos.
- El expresionismo era una corriente artística pictórica y escenográfica de principios del siglo XX, un movimiento de vanguardia que se rebela contra el realismo imperante, y que se caracteriza por un acabado más emocional, extravagante y distorsionado, con un uso de las curvas y angulosidad en las formas (paredes torcidas e inclinadas, puertas de forma triangular), claros y oscuros contrastados y sombras alargadas, entre otros, lo que acentúa el clima de misterio del relato. Wiene apuesta por la grabación completa de la película en estudio con decorados pintados y construidos ad hoc, unas lonas de tela que ya incorporarían sombras y luces, lo que facilitaría los efectos fotográficos deseados para cada secuencia, y todas ellas con una clara inspiración expresionista.
- A pesar de ser la película el máximo exponente del expresionismo, también es una herramienta artística utilizada en el relato, ya que hay un contraste en el maquillaje, en la vestimenta y en las decoraciones entre algunos personajes y algunas habitaciones y muebles que, a diferencia de gran parte de la película, se presentan más claras, simétricas y formales.
- El director cambió radicalmente el prólogo y el epílogo del texto original, molestando a los guionistas al cambiar el sentido original de la simbología explícita en la definición de los personajes, pero el cambio otorga un inicio fulgurante muy interesante y un giro final que descoloca al espectador. Sólo hay que recordar las dos primeras frases de la película, dichas por dos hombres hablando en un banco: "Hay fantasmas... están por todas partes a nuestro alrededor... Me han expulsado de casa y del hogar, lejos de mi mujer y de mi hijo... ", y contesta la otra persona:" Esta mujer vivió una historia terrible que te voy a contar "... ¿quién no tiene ganas de saber más? Después de un inicio inquietante y aparentemente terrorífico, los crímenes sucesivos dotan a la trama de misterio, angustia y engaños, en un devenir sorprendente y con un desenlace inesperado, recurso muy innovador en el cine hasta el momento.
- Cabe destacar, además, el hecho de que el malvado de la historia es un médico, que utilizaba su habilidad de hipnotizar para sus fechorías. Apenas hacía pocos años del nacimiento del psicoanálisis, popularizado por el Dr. Sigmund Freud pero impulsado por el Dr. Jean-Martin Charcot en el siglo XIX, precursor de la psicopatología, y en el que parece ser que se inspiraron en el diseño del personaje del Dr. Caligari. La hipnosis tiene un aura de misterio, de oculto y de extraño que encaja perfectamente en la historia, donde el desconocimiento de cómo funciona realmente es fundamental para aceptar el comportamiento de Cesare cuando deja de obedecer las órdenes del doctor, por ejemplo. Esta dicotomía entre el bien y el mal, entre la ciencia y el crimen, entre el consciente y el subconsciente, es heredera de una novela fundamental de la literatura como es El hombre de arena (Der Sandmann, 1817) de ETA Hoffmann.
El embargo de productos alemanes debido al resultado de la guerra fue un lastre para el país, pero afortunadamente la película se pudo ver en París el mismo año y en Estados Unidos apenas un año después, convirtiéndose en un éxito instantáneo de crítica y público, tanto en el estreno alemán como los estrenos internacionales que se sucedieron durante la década, sorprendiendo al público de todo el mundo e inspirando e influenciando a muchos autores y sus obras, que se bautizaban en un primer instante como “caligaristas” al reconocer una nueva forma de expresión y una tendencia artística (adjetivo que se dejaría de usar con el tiempo).
La película se convierte en un nuevo paradigma en la historia del cine, convertida en un clásico, con discípulos tan destacados como el director Tim Burton que, abiertamente, reconoce la influencia en sus películas, pero esto ... esto es una otra historia.
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