jueves, 25 de abril de 2019

Article a @ElCinefilCat "Quan els robots de supervivència no són suficients"

Quan els robots de supervivència no són suficients


El meu article número 74 a la revista virtual "El Cinèfil, la revista de cinema en xarxa i en català" (i gratuïta).

Amb motiu de l'estrena de la pel·lícula pel·lícula d’animació francesa Terra Willy: planeta desconocido (Terra Willy: Planète inconnue, 2019), dedico l'article a recomanar-la i a analitzar com la tecnologia ens està canviant i com un nen ens pot ensenyar a tenir la capacitat d'adaptar-se a l'ambient per salvar les dificultats de romandre abandonat en una planeta desconegut on ha de sobreviure durant varis mesos fins el seu rescat, només acompanyat d’un precari robot de supervivència.

Teniu l'article al següent enllaç:
http://elcinefil.cat/2019/04/25/quan-els-robots-de-supervivencia-no-son-suficients/



Podéis leer el artículo en castellano a continuación:

Cuando los robots de supervivencia no son suficientes

La animación al servicio del respeto a la naturaleza

Jordi Ojeda


El estreno de la película de animación francesa Tierra Willy: planeta desconocido (Tierra Willy: Planète inconnue, 2019), nos trae un entretenimiento dirigido a un público infantil y familiar. Los espectadores verán las aventuras de un niño que viaje por el espacio con sus padres científicos en una nave muy sofisticada que, por un fortuito accidente, queda abandonado en un planeta desconocido donde debe sobrevivir durante varios meses hasta su rescate, sólo acompañado de un precario robot de supervivencia. Aventura y diversión asegurada para pasar un buen rato.

Ahora bien, si la miramos con ojos críticos se pueden apreciar muchos detalles muy interesantes que nos hace pensar en la interacción entre la tecnología y la naturaleza. Lo primero que vemos nada más comenzar la película es el despertar del niño a las ocho en punto de la mañana, con un despertador equipado de realidad aumentada para asegurar que se despierte. Después veremos cómo la tecnología se encarga de su higiene personal, en todos los sentidos, incluido lavarte los dientes, para acabar vistiéndolo. Y veremos de nuevo como la realidad aumentada le permitirá moverse por la nave sobre un monopatín volador salvando obstáculos virtuales. Un presagio de un entretenimiento que está más cerca en nuestros hogares de lo que pensamos.

La cápsula de supervivencia que salva en última instancia a Willy está equipado con el robot Buck, un robot básico programado exclusivamente para mantenerlo vivo o, lo que es lo mismo, mantenerlo alimentado y seguro. Pronto el robot deberá descubrir que esto no es suficiente, que habrá que tener en cuenta también su estado de ánimo, y respetar sus ansias de hacer de fotógrafo científico amateur en un inhóspito planeta de una fauna y una vegetación desconocidas. No es suficiente protegerlo, habrá que ser su amigo, habrá que aprender qué son las bromas, que es el sarcasmo, y, sobre todo, ¿qué es el respeto para la naturaleza?

El fascinante mundo a descubrir es un mundo apacible y peligroso a la vez, de amigos y cómplices y de enemigos extremadamente peligrosas. El respeto a todos ellos buscando la complicidad del nuevo grupo de amigos, en especial de Flash, una curiosa mascota extraterrestre que, además, va evolucionando a lo largo de la película sin saber nunca exactamente qué saldrá de cada capullo que se forma periódicamente .

La limitación de la batería del robot Buck, fundamental para enviar la señal para el rescate, nos muestra, por un lado, la fragilidad de la tecnología (dependemos de la energía) y la necesidad de desenvolverse por nuestra cuenta, cuando estábamos acostumbrados a que todos nos lo dieran hecho. Vivir en un mundo de ocio como hijo único a pasar de golpe a tener que espabilarte con la complicidad de una comunidad de seres que conviven en el mismo espacio que tú y que, al fin y al cabo, es su planeta. Trabajo en equipo y empuje para seguir adelante.

Con este tipo de sociedad altamente tecnificada siempre nos viene a la cabeza las imágenes de la nave futurista de la película Wall-E (2008), cuando todos juntos, con sobrepeso y problemas de movilidad, se pasaban todo el día en su silla robotizada equipada para satisfacer todas sus demandas. Willy nos reconforta mostrándonos que a pesar de todo, eres capaz de madurar y adaptarte a las necesidades del momento, bien sea para comer, bien sea para sobrevivir.

La película nos hace recordar los cómics protagonizados por la pequeña Navis, los cinco primeros volúmenes publicados en Francia entre 2004 y 2008, con guión de Jean David Morvan y dibujo del español José Luis Munuera, y que en castellano publicó editorial Norma. Después de un terrible accidente, una chica queda abandonada en un planeta inhóspito cubierto de junglas tropicales y de razas de animales desconocidas, eso sí, con el cuidado de un robot canguro, que deberá salvarla de mil y una aventuras. En realidad la serie Navis es una serie paralela de la mítica saga Estela (Sillage, 1998-2016), donde Navis ya es una joven que consigue ser rescatada por un convoy, en una de las sagas del espacio más mítica de las últimas décadas. Si os gusta la película, podéis seguir leyendo los cómics ... Siempre nos quedará la lectura.



Si voleu llegir tots els articles que he publicat a la revista podeu veure el link següent:
http://elcinefil.cat/author/jordiojeda/

Us animo a que seguiu la revista a les xarxes socials:

twitter         https://twitter.com/ElCinefilCat
i facebook   https://www.facebook.com/elcinefil/

i us animo a que la llegiu, no us queixeu del preu que és gratis. http://elcinefil.cat/
Ah, i s'accepten peticions per a futurs articles...



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.