«Quan el miracle japonès provocava danys col·laterals»
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Johnny Depp protagoniza El fotógrafo de Minamata
Los economistas emplean la expresión «milagro japonés» para referirse al crecimiento económico de Japón que tuvo prácticamente durante tres décadas consecutivas, con unos resultados inéditos en cualquier otro país del mundo a lo largo de la historia. A principios de los años sesenta del siglo XX, el Producto Interior Bruto (PIB) crecía año tras año con datos por encima del 10%, con unos valores que se repitieron a menudo, también en muchos casos con valores de entre el 5% y el 10%, resultados muy espectaculares por el valor y por la continuidad en el tiempo de forma sostenida. Fue una expansión que catapultó al país a la potencia económica mundial que es ahora, partiendo prácticamente de cero recién terminada la segunda guerra mundial, literalmente derrotados.
Este crecimiento no es fácil de explicar en pocas líneas, pero está fundamentado especialmente en la gran capacidad de producción del país. Y ahora sabemos que parte de esta acción fabril provocó daños colaterales devastadores en la población. Johnny Depp produce y protagoniza la película El fotógrafo de Minamata (Minamata, 2020), un alegato donde se expone el trabajo del fotógrafo W. Eugene Smith (1918-1978), interpretado por Depp, a Minamata, en marzo de 1972. El reportaje llevaba por título “El mortífero líquido de la cañería” (Death-flow from a pipe), y se publicó en la revista Life el 2 de junio del mismo año con una tirada de millones de ejemplares y un impacto mediático global.
Smith se considera uno de los precursores del concepto "de ensayo fotográfico", es decir, la acción de elegir un tema para analizarlo, investigarlo y mostrar su opinión, con una fuerte componente visual. Destacan sus reportajes en la segunda guerra mundial, donde fue gravemente herido por un obús justamente en Japón, o su estudio sobre las condiciones de vida bajo un régimen fascista (y escogió el pequeño pueblo de Deleitosa, en Cáceres, en 1951), entre otros trabajos muy populares, publicados en diferentes revistas, pero donde destaca especialmente la revista Life, que es quien le acepta la propuesta para volver a trabajar en Japón, en Minamata.
Aileen Mioko Smith fue quien dio a conocer a Smith la situación de los habitantes de Minamata, quien lo acompañó e hizo de traductora y ayudante, y con quien se casó en agosto del setenta dos. Es, además, una de las impulsoras de la producción de película, siendo durante todo este tiempo una activista en contra de la contaminación y, en los últimos años, en contra de la energía nuclear en el país, la que más centrales tiene del mundo. Ambos contaron con la complicidad de los habitantes del pueblo que los acogió, pero se tuvieron que enfrentar con un gigante industrial: la empresa Chisso Corporation.
La empresa Chisso tiene su planta más grande en la ciudad de Minamata, que es una ciudad costera situada en la isla de Kyushu que forma parte de Japón. Se estableció en Minamata en 1908, siendo su propósito la producción de diferentes productos químicos, especialmente fertilizantes, vertiendo a la bahía residuos altamente contaminantes desde el primer momento. El peor aconteció entre los años 1932 y 1968 cuando se vertieron al agua, aproximadamente, unas 80 toneladas de mercurio y otros contaminantes.
A raíz de la segunda guerra mundial, la factoría comenzó la producción en masa de varios productos, entre ellos el acetilaldehído, sustancia química que sirve de base para la síntesis de pinturas, lacas, plásticos, caucho o papel, entre otros usos y que, como inconveniente principal, se necesita sulfato de mercurio para ser catalizado. Al aumentar la producción de este producto, los desechos comenzaron a contener cantidades cada vez mayores de mercurio, que al depositarse en el fondo marino se convirtió en un compuesto extremadamente tóxico, que entró en la cadena alimentaria con una facilidad sorprendente. El mercurio es acumulativo en el organismo.
Los vertidos provocaron que los pescados y mariscos que se encontraban en la bahía tuvieran concentraciones extremadamente grandes de mercurio. Los pescadores que vivían al borde de la bahía se alimentaban casi en exclusiva del producto de la pesca diaria y empezaron a acumular cantidades cada vez más importantes de estos productos en su cuerpo. A partir de 1956 comenzaron a darse las primeras señales de que algo estaba aconteciendo. Se producían fenómenos extraños: aves que caían sin ningún motivo a tierra, perros y gatos con convulsiones y, finalmente, la propia gente del pueblo que estallaban haciendo movimientos involuntarios e iniciaban una pérdida progresiva de la razón. De hecho, inicialmente se pensaba que era una enfermedad que se contagiaba, estigmatizando el territorio, y se llegó a bautizar como la "enfermedad de los gatos", después de los experimentos realizados por la propia compañía (más tarde, se descubriría que la empresa ya sabían desde hacía años que el origen de la enfermedad era en realidad el agua contaminada).
Chisso decidió a mitad de los años sesenta cambiar el vertedero al río Minamata, y ya se pueden imaginar que los resultados fueron los mismos. Finalmente, con la realidad de las evidencias, el envenenamiento por consumir peces contaminados con mercurio adquirió el nombre de enfermedad de Minamata. En la zona de desembocadura, en el canal de los vertidos, se encontraron hasta dos kilos de mercurio por tonelada de sedimento, y los habitantes de la zona tenían una tasa media de mercurio de 191 partes por millón (ppm), llegando los 700 ppm en algunos casos. Si tenemos en cuenta que la tasa media de los habitantes es de tan sólo 4 ppm, esto nos indica la gravedad del envenenamiento.
La investigación médica detectó casos de intoxicación congénita en recién nacidos de madres sanas cuando, contrariamente a lo que suele suceder, la placenta concentraba el mercurio en el feto y la eliminaba de la sangre de la madre, protegiéndola y salvándola (este dato provocó un incremento del número de histerectomías durante años). Algunos bebés sobrepasaban los 900 ppm de concentración de mercurio, y sus efectos fueron devastadores: daños en el sistema nervioso y en las funciones del cerebro, alteraciones de los cromosomas y reacciones alérgicas.
El daño a las funciones del cerebro podía causar la degradación de la habilidad para aprender, cambios en la personalidad, temblores, cambios en la visión, sordera, incoordinación de músculos y pérdida de la memoria. Y producía evidentes efectos negativos en la reproducción: daño en el esperma, defectos de nacimientos y aumento de los abortos naturales.
Entre 1953 y 1965 se contabilizaron 111 víctimas y más de 400 pacientes con problemas neurológicos. En 1968, el gobierno japonés anunció oficialmente que la causa de la enfermedad era la ingestión de pescado y de marisco contaminado por los vertidos de la empresa Chisso. En 2001 se habían diagnosticado 2.955 casos de la enfermedad de Minamata.
La película protagonizada por Depp reproduce de forma muy respetuosa como se hizo la fotografía que se considera una de las más destacadas de Smith y, probablemente, de las más importantes en la historia de los reportajes, la conocida como "El baño de Tomoko". En la foto contemplamos el baño de una madre con su hija de diecisiete años encima, donde se puede apreciar claramente los efectos de la enfermedad en el cuerpo atrofiado de la joven.
Tomoko Uemura murió en 1977. La trascendencia de ésta y del resto de imágenes publicadas en la revista Life obligó al gobierno japonés, empujado por la presión internacional, a obligar a cesar los derrames y limpiar el río y la bahía, algo que, curiosamente, le supuso a la empresa la posibilidad de recuperar parte del mercurio derramado con anterioridad, de la gran cantidad que había.
De todos modos, la producción de la película y en el mensaje final de la misma, se reconoce que todavía, a día de hoy, el litigio continúa abierto ante la discriminación de parte de los afectados, sobre todo los efectos congénitos en la descendencia, que no fueron reconocidos como afectados por el envenenamiento masivo por la empresa, negándose a pagar ninguna indemnización. Los afectados se cuentan por miles, y los que no han muerto, sufren gravísimas secuelas.
Si la pareja Eugene y Aileen Smith emplearon la cámara de fotos y sus textos como instrumento de denuncia, seguro que la película contribuirá aún más a divulgar la importancia de la sostenibilidad y el respeto hacia el planeta, para evitar que se pueda volver a producir una de las peores catástrofes ecológicas producidas por el ser humano como fue el caso de Minamata.
Nota: la película El fotógrafo de Minamata tuvo su première española en la quinta edición del BCN Film Fest 2021 en Barcelona, donde fue presentada en la sección oficial por el mismo Johnny Depp y el director de la película, la Andrew Levitas.
Se puede ver la presentación aquí:
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